Un rey sabio tenía un solo hijo y quería que fuera sabio y prudente como él.
Lo exilió de su reino y dió órdenes estrictas de no permitir su regreso por ningún concepto.
Pasaron los años y el príncipe se convirtió en un verdadero mendigo, olvidando que era príncipe.
A punto de morir el padre lo hizo regresar para hacerlo su sucesor.
El príncipe-mendigo quiso saber porque el padre había actuado de esa manera.
El rey le dijo: " Ser príncipe o mendigo son identidades que nos dan los demás.
No es tu realidad, no eres tú.
Sólo tú, viendo dentro de ti puedes saber lo que realmente eres;
de ese conocimiento procede la sabiduría ".
Quien nunca se toma la molestia de profundizar en si mismo,
o está demasiado ocupado para hacerlo, puede pasar por la vida sin conocer su rostro verdadero.
La cosa es grave porque quien no se conoce a si mismo
lo que ve en los otros es una proyección personal;
así que también desconoce lo que le rodea.
@ngel @rruga
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