Si la vida fuera como un globo

Si la vida fuera como un globo,

podrías enfrentarte a vientos fríos y en contra,

de los que te impiden avanzar, de los que dañan la piel, de los que secan los ojos… de esos que apagan sonrisas y hacen grietas en corazones de barro, vientos cargados de arena, que a la vez te erosionan y dejan huecos para que cuando llegue la lluvia y el sol, penetren hasta tu interior… días sin velas, días sin mañana, días oscuros y tormentosos, días de niebla donde te cuesta ver… mas allá.

Si la vida fuera como un globo, 

habría veces que te quedarías suspendido,

en medio del cielo, sin viento que te moviera en a favor ni en contra, contemplándolo todo, contigo mismo, sin esperar nada, sintiéndote solo o no, quizás valorando esa paz, quizás echando de menos el movimiento… tan solo el mundo se deslizaría despacio, pero tú seguirías ahí suspendido, quieto, transitorio, tan caduco… como perenne.

Si la vida fuera como un globo, 

habría días de vientos siempre a favor,

que te harían agarrarte a las cuerdas y asomarte a la cesta para lanzar un grito de “al abordaje” dirigido a todo aquello que tuvieras por delante, viviendo valiente, con una sonrisa, con ganas de comerte el mundo y de conquistarlo… sin hacer rehenes, sin ni tan siquiera tocar el suelo… no habría cielos suficientes para ti, ni experiencias que llenaran tus ojos, todo serían nuevas autopistas, todo serían comienzos, colecciones de momentos.

¿Y si la vida realmente es como un globo?

Entonces, solo hay que aprender a soplar… muy fuerte…

y en la dirección correcta.